Tras recibir su dosis de refuerzo y pasar un día siguiente afectado por los síntomas, Cayetano Guerra se reafirma en su idea de que es «infinitamente mejor sufrir un proceso similar al griposo un día o dos que lamentarse más adelante» y maquina un perverso plan para que, negacionistas, terraplanistas, pianistas y defensores de la ciencia ganen todos.